viernes, 3 de julio de 2009

El inicio

Ando por las calles, ahora oscuras, de esta vomitiva y apestosa ciudad de la que jamás he podido salir en mis no muy numerosos años de vida, la odio, odio su olor, sus colores, sus casas diminutas llenas de gente, sus ruidos, su corrompido ambiente, sus habitantes… sí, sobre todo sus habitantes, todos llenos de problemas, mirando a su alrededor sin observar nada de lo que les rodea, sumidos en estas cuatro paredes trasparentes que no les permiten ver más allá. Por mis fosas nasales entra ese olor nauseabundo a humanidad, a desesperación, a melancolía. El barro se pega a la suela de mis desgastados zapatos. Me duelen los pies, los zapatos me quedan pequeños, hace ya tiempo que no me puedo permitir comprar unos nuevos, bueno ni yo ni tantos otros. Tras la profunda crisis económica ya pocos pueden permitirse llevar una vida medianamente decente, todo se ha quedado en un estado de inmovilidad, como si hubiésemos retrocedido al pasado, todos los procesos han quedado olvidados, destruidos, ahora sólo nos tenemos a nosotros mismos, algunos se conforman con su miedo y otros intentan salir de toda esta basura, sí, es un gran sueño… pero difícil, demasiadas veces me lo he planteado pero cada vez me parece más inalcanzable… me canso… me canso de despertarme en medio de la noche con los gritos del pasado en la cabeza, me canso de haber dejado de soñar, de haber perdido gran parte de la esperanza, de haber perdido a tanta gente en la cual antes me apoyaba, me canso de haber dejado de sentir tantas emociones, ¿Qué soy? Tan sólo un cuerpo que deambula por ahí, buscando algo que pueda abrirme las puertas para huir de la angustiosa rutina en la que se ha convertido el mundo.

(Airlia)

...

2 comentarios: