Debe haber algo más allá de esta ciudad perdida y olvidada por los sueños... los sueños deben de encontrarse más allá... en algún otro lugar donde el odio, la tristeza y el olvido no hayan perforado las ilusiones de las personas... Si busco ese lugar ¿Qué me queda por perder?
Sin pensármelo me descalzé los viejos zapatos y me dirigí a ninguna parte para volver a encontrar la luz de los atardeceres que una vez iluminaron mis esperanzas de una vida mejor para la humanidad...
Atravesé las viejas y abandonadas calles de la ciudad moribunda, en busca de sus límites y poder olvidarme de su imagen para siempre...
Recorrí grandes y desiertas avenidas, callejones sucios y solitarios, ignoré por completo las miradas extrañas de los ciudadanos al verme pasar por los parques otoñales con mis pies descalzos y mis viejos zapatos agarrados uno en cada mano...
Tras todo ese recorrido llegué a los límites de la ciudad, me percaté de ello al ver que los grandes edificios cada vez se hacían menos y más pequeños. Pude ver una carretera libre, sin nada a su alrededor, que se perdía en el horizonte, y me llamaba a lo lejos para que me encaminase a mi gran aventura, para encontrar de nuevo la esperanza, a mí misma...
(Fran)
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